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sábado, 19 de octubre de 2013

Hasta las tetas en la aduana

Anoche me acosté tarde..., eran las 11:30 pm mas o menos. Estuve haciendo maletas, dejando "al día" los pendientes de trabajo y del hogar. El despertador sonó las 3:30 am, lo cual quiere decir que he dormido muy poco, debo alistarme para darle inicio al viaje. Hoy viajo a Aruba.

La sensación de viajar, lejos de ser agradable se torna incomoda, parece que voy a salir de una cárcel, les cuento que esto de solicitar divisas, los procedimientos burocráticos del banco, los rumores de las personas, las noticias de prensa y lo pendejo que eres si no raspas todo el cupo, son parte del día a día de cualquier venezolano que se le ocurra cruzar la frontera.

El área o la zona para confirmar los boletos y realizar el "check in" esta dividida por infinitas cintas de seguridad (de esas que usan en los cines) para definir el rumbo de la fila..., son tantas que espesan el área. Hay humedad en el ambiente, esto gracias a un aire acondicionado a una temperatura precaria o inadecuada a la cantidad de personas que estamos en el lugar (imagino que se debe al ahorro energético) pienso en el calentamiento global para evadir alguna razón política tercermundista.

Las risas y caras felices de los viajeros contrastan con los rostros de los funcionarios del aeropuerto (quizá se sientan cansados por un turno pesado y el sueño reclama lo suyo). Entre angostos pasillos recién formados por largas cintas y apretujones no intencionados, crece la infinita fila para pagar el impuesto de salida del país. En esos "bululus" no falta el señor mayor de pensamiento fatalista que le advierte a la joven madre que tenga cuidado con el muchacho, en palabras textuales:

                - ¡mire mija, agarre bien a ese muchacho, porque se lo roban en un momentico!

Yo, aun con el pensamiento anclado en el trabajo y chequeando una y otra vez la lista mental de cosas por hacer antes de viajar: hijos, perros, gato, casa; procuro no engancharme con el estrés del momento.


Ya en la aduana, veo a unos militares con cara de niños que se toman muy en serio su trabajo y lejos de tener cara de seriedad parecen molestos. Coloco en el largo mesón el morral con el equipo fotográfico y mi cartera de mano. Primero revisan el morral con una actitud curiosa mas que de cuido, se detuvieron en cada uno de los compartimientos revisándolos minuciosamente, abrieron el estuche de los filtros, la cámara, el cargador, lentes y housing. Luego abrieron mi cartera, monedero, chequera, cartuchera y estuche de maquillaje..., sentí que eran actos lascivos a mis pertenencias.

Luego me toco hacer la fila para pasar por la maquina de rayos X (lo habitual),  ahora sin correa, zapatos ni zarcillos, creí que todo estaba listo cuando el funcionario pidió que abriera el morral y también lo reviso..., respire profundo y con paciencia de docente con vocación le explique de que trataba el contenido.

Ahora enfilada en busca del sello de migración y con el calzado puesto, logro me sellen el pasaporte y pasar a la sala de espera.
Ya sentada con una mezcla de emociones, quizá en shock, nostalgia, indignación, ansiedad, deseo de playa y tierra ajena. Surgía en mi la emoción de emprender una nueva aventura, nuevas historias, nuevos escenarios, gente por conocer, fotos por tomar, historias por escribir.

Decidí relajarme, unas galletas, un nuevo libro y un café, me conecte con mi viaje, con Gustavo. Sin embargo tenia la sensación o el mal sabor de lo incomodo que se ha vuelto pasar por la aduana, pensé entonces en el 1/4 kilo de café Fama de América con chocolate que decidí dejar en casa para evitar cualquier molestia o "revisión" especial por parte de las autoridades.

Fue entonces cuando un funcionario llamó  en voz alta a varias personas, entre ellas estaba YO, para realizar una revisión especial del equipaje y su contenido..., en ese momento pensé con susto e indignación en ese 1/4 kilo de café que no me traje.

Mientras caminaba al lugar de revisión, chequeaba mentalmente el contenido de la maleta y lo primero que vino a mi mente fue el regulador para bucear, el chaleco, la vaina vacía del cuchillo, las aletas, ¡por eso es que me llaman!.
Ya en el lugar, tenían colocadas las maletas en una fila con un papel que indicaba el nombre del propietario, yo estaba de tercera y junto con la roja maleta me llevaron para el cuarto, donde los funcionarios de la guardia nacional se encontraban en plena labor de revisión de equipaje, alineados en la parte de atrás de un largo mostrador en L, en el cual colocaban las maletas para su inspección.
Una vez mas me sentí invadida: la bolsa plástica con el champú, el desodorante, el cepillo dental y la pasta, fue revisada; luego el funcionario revisó la malla con mi ropa interior, trajes de baño y pañoletas; era poca la ropa que llevaba, vestiditos playeros y franelas, afortunadamente estaban en orden y sobraba espacio, mientras el guardia nacional hacia lo suyo y metía mano a mi equipaje, preguntaba:

GN: - ¿A qué se dedica?
Yo: - soy vendedora.

GN: ¿Y qué es lo que vende?
Yo: Tomacorriente e interruptores al mayor de fabricación nacional.

GN: ¿Esto es un equipo de submarinismo?
Yo: Si.

GN: ¿Usted practica submarinismo?
Yo: Si.

GN: ¿Para dónde viaja?
Yo: Aruba

GN: ¿Motivo del viaje?
Yo: Turismo y recreación

GN: ¿Viaja sola?
Yo: con mi esposo

Percibí al Guardia Nacional con actitud curiosa, más que de revisión, entonces me tome la libertad de mostrarle por completo el equipo de buceo, saque el regulador, el traje, las mascaras, las aletas y los botines. Le explique también que Aruba era la única isla del ABC (Aruba, Bonaire y Curaçao) que nos faltaba por bucear y que a pesar de que Bonaire es el llamado paraíso del buceo, Aruba tiene un par de aviones hundidos que la hacen muy atractiva además de muchos otros naufragios.

En ese instante el GN dejo de revisar la maleta y comencé a colocar todo en su lugar, de hecho le pedí me ayudara a cerrar el chaleco para asegurar el regulador envuelto en el traje, cosa que hizo con gusto. Ofrecí mostrarle el carné de buceo, pero me dijo que no era necesario. De inmediato pidió le pasaran el cuaderno de novedades y lo firme con mi bolígrafo (no encontraban el de ellos).
Puse mi cartera en el mesón y sin darme cuenta la moje con un liquido, pregunte al otro guardia ¿que liquido era ese? (temiendo que fuese aceite) y me dijo: - eso es güiski Señora.

Foto: MorenArena
Un ayudante bajó la maleta y la colocó en la banda para su correcto envío, una funcionaria me acompañó hasta la sala de espera y entre indignada, resignada y nerviosa (era una mezcla de emociones) le comento mi frustrada intensión de traerme el 1/4 kilo de café Fama de América, que no lo había traido para evitar que la GN me parara por llevar alimentos. La muchacha sonrió diciendo en el mas coloquial venezolano:

 - te hubieses traído tu vaina chica, igualito te pararon.

Una vez mas en  la sala de espera del aeropuerto, casi con un pie en el avión, nos llamaron casi de últimos para abordar, entregamos los boarding pass y debíamos pasar por el último  control de salida: LA REQUISA FÍSICA.
Una GN no muy femenina me indicó pasar por el lado derecho del largo pasillo y me dijo:

- ciudadana pase por acá para la requisa física.

Yo, morral en la espalda y cartera al hombro, separe un poco las piernas y extendí los brazos de manera automática. La funcionaria verde oliva "tanteo" la periferia de mi cuerpo y sorpresivamente  me apretó las tetas de manera simultanea.

Foto: MorenArena
No tuve tiempo de reaccionar, la parálisis se apodero de mi en ese instante, estaba en shock por la indignación y resignación. Recordé entonces el termino RESILIENCIA, resiliencia, resiliencia, lo repetí varias veces respirando profundo mientras avanzaba hacia el avión. Recordé las palabras de mi suegra:

"...no permitan que un mal momento les perturbe su viaje..., disfruten mucho"

 No quiero inmiscuir la política en este relato, pero creo que es imposible no hacerlo. Me pregunto si ¿estos "raqueteos" serán aplicados a todos los ciudadanos por igual? ..., es que en días pasados dejaron pasar por el principal aeropuerto de mi país unas cuantas maletas con "sopotocientos" kilos de droga...y los descubrieron en Europa.
En el mismo continente apresaron a un funcionario del estado con unos cuantos miles de euros en su maleta, ¿ acaso ambos burlaron los controles de nuestros aeropuertos y otros organismos de control?.
Solo voy de vacaciones, no voy a raspar el cupo, espero que el regreso sea mas llevadero. Este escrito fue el resultado de esta "experiencia" indignante.

Como leí hace un rato en tuiter: "...de regreso no debe faltar el imán para la nevera, el chocolatico milkyway, para la funcionaria y cámara fotográfica en mano para que des fe de tu viaje"







1 comentario:

  1. Conchale. Aun se pagan los impuestos de salida??

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