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sábado, 19 de octubre de 2013

Hasta las tetas en la aduana

Anoche me acosté tarde..., eran las 11:30 pm mas o menos. Estuve haciendo maletas, dejando "al día" los pendientes de trabajo y del hogar. El despertador sonó las 3:30 am, lo cual quiere decir que he dormido muy poco, debo alistarme para darle inicio al viaje. Hoy viajo a Aruba.

La sensación de viajar, lejos de ser agradable se torna incomoda, parece que voy a salir de una cárcel, les cuento que esto de solicitar divisas, los procedimientos burocráticos del banco, los rumores de las personas, las noticias de prensa y lo pendejo que eres si no raspas todo el cupo, son parte del día a día de cualquier venezolano que se le ocurra cruzar la frontera.

El área o la zona para confirmar los boletos y realizar el "check in" esta dividida por infinitas cintas de seguridad (de esas que usan en los cines) para definir el rumbo de la fila..., son tantas que espesan el área. Hay humedad en el ambiente, esto gracias a un aire acondicionado a una temperatura precaria o inadecuada a la cantidad de personas que estamos en el lugar (imagino que se debe al ahorro energético) pienso en el calentamiento global para evadir alguna razón política tercermundista.

Las risas y caras felices de los viajeros contrastan con los rostros de los funcionarios del aeropuerto (quizá se sientan cansados por un turno pesado y el sueño reclama lo suyo). Entre angostos pasillos recién formados por largas cintas y apretujones no intencionados, crece la infinita fila para pagar el impuesto de salida del país. En esos "bululus" no falta el señor mayor de pensamiento fatalista que le advierte a la joven madre que tenga cuidado con el muchacho, en palabras textuales:

                - ¡mire mija, agarre bien a ese muchacho, porque se lo roban en un momentico!

Yo, aun con el pensamiento anclado en el trabajo y chequeando una y otra vez la lista mental de cosas por hacer antes de viajar: hijos, perros, gato, casa; procuro no engancharme con el estrés del momento.


Ya en la aduana, veo a unos militares con cara de niños que se toman muy en serio su trabajo y lejos de tener cara de seriedad parecen molestos. Coloco en el largo mesón el morral con el equipo fotográfico y mi cartera de mano. Primero revisan el morral con una actitud curiosa mas que de cuido, se detuvieron en cada uno de los compartimientos revisándolos minuciosamente, abrieron el estuche de los filtros, la cámara, el cargador, lentes y housing. Luego abrieron mi cartera, monedero, chequera, cartuchera y estuche de maquillaje..., sentí que eran actos lascivos a mis pertenencias.

Luego me toco hacer la fila para pasar por la maquina de rayos X (lo habitual),  ahora sin correa, zapatos ni zarcillos, creí que todo estaba listo cuando el funcionario pidió que abriera el morral y también lo reviso..., respire profundo y con paciencia de docente con vocación le explique de que trataba el contenido.

Ahora enfilada en busca del sello de migración y con el calzado puesto, logro me sellen el pasaporte y pasar a la sala de espera.
Ya sentada con una mezcla de emociones, quizá en shock, nostalgia, indignación, ansiedad, deseo de playa y tierra ajena. Surgía en mi la emoción de emprender una nueva aventura, nuevas historias, nuevos escenarios, gente por conocer, fotos por tomar, historias por escribir.

Decidí relajarme, unas galletas, un nuevo libro y un café, me conecte con mi viaje, con Gustavo. Sin embargo tenia la sensación o el mal sabor de lo incomodo que se ha vuelto pasar por la aduana, pensé entonces en el 1/4 kilo de café Fama de América con chocolate que decidí dejar en casa para evitar cualquier molestia o "revisión" especial por parte de las autoridades.

Fue entonces cuando un funcionario llamó  en voz alta a varias personas, entre ellas estaba YO, para realizar una revisión especial del equipaje y su contenido..., en ese momento pensé con susto e indignación en ese 1/4 kilo de café que no me traje.

Mientras caminaba al lugar de revisión, chequeaba mentalmente el contenido de la maleta y lo primero que vino a mi mente fue el regulador para bucear, el chaleco, la vaina vacía del cuchillo, las aletas, ¡por eso es que me llaman!.
Ya en el lugar, tenían colocadas las maletas en una fila con un papel que indicaba el nombre del propietario, yo estaba de tercera y junto con la roja maleta me llevaron para el cuarto, donde los funcionarios de la guardia nacional se encontraban en plena labor de revisión de equipaje, alineados en la parte de atrás de un largo mostrador en L, en el cual colocaban las maletas para su inspección.
Una vez mas me sentí invadida: la bolsa plástica con el champú, el desodorante, el cepillo dental y la pasta, fue revisada; luego el funcionario revisó la malla con mi ropa interior, trajes de baño y pañoletas; era poca la ropa que llevaba, vestiditos playeros y franelas, afortunadamente estaban en orden y sobraba espacio, mientras el guardia nacional hacia lo suyo y metía mano a mi equipaje, preguntaba:

GN: - ¿A qué se dedica?
Yo: - soy vendedora.

GN: ¿Y qué es lo que vende?
Yo: Tomacorriente e interruptores al mayor de fabricación nacional.

GN: ¿Esto es un equipo de submarinismo?
Yo: Si.

GN: ¿Usted practica submarinismo?
Yo: Si.

GN: ¿Para dónde viaja?
Yo: Aruba

GN: ¿Motivo del viaje?
Yo: Turismo y recreación

GN: ¿Viaja sola?
Yo: con mi esposo

Percibí al Guardia Nacional con actitud curiosa, más que de revisión, entonces me tome la libertad de mostrarle por completo el equipo de buceo, saque el regulador, el traje, las mascaras, las aletas y los botines. Le explique también que Aruba era la única isla del ABC (Aruba, Bonaire y Curaçao) que nos faltaba por bucear y que a pesar de que Bonaire es el llamado paraíso del buceo, Aruba tiene un par de aviones hundidos que la hacen muy atractiva además de muchos otros naufragios.

En ese instante el GN dejo de revisar la maleta y comencé a colocar todo en su lugar, de hecho le pedí me ayudara a cerrar el chaleco para asegurar el regulador envuelto en el traje, cosa que hizo con gusto. Ofrecí mostrarle el carné de buceo, pero me dijo que no era necesario. De inmediato pidió le pasaran el cuaderno de novedades y lo firme con mi bolígrafo (no encontraban el de ellos).
Puse mi cartera en el mesón y sin darme cuenta la moje con un liquido, pregunte al otro guardia ¿que liquido era ese? (temiendo que fuese aceite) y me dijo: - eso es güiski Señora.

Foto: MorenArena
Un ayudante bajó la maleta y la colocó en la banda para su correcto envío, una funcionaria me acompañó hasta la sala de espera y entre indignada, resignada y nerviosa (era una mezcla de emociones) le comento mi frustrada intensión de traerme el 1/4 kilo de café Fama de América, que no lo había traido para evitar que la GN me parara por llevar alimentos. La muchacha sonrió diciendo en el mas coloquial venezolano:

 - te hubieses traído tu vaina chica, igualito te pararon.

Una vez mas en  la sala de espera del aeropuerto, casi con un pie en el avión, nos llamaron casi de últimos para abordar, entregamos los boarding pass y debíamos pasar por el último  control de salida: LA REQUISA FÍSICA.
Una GN no muy femenina me indicó pasar por el lado derecho del largo pasillo y me dijo:

- ciudadana pase por acá para la requisa física.

Yo, morral en la espalda y cartera al hombro, separe un poco las piernas y extendí los brazos de manera automática. La funcionaria verde oliva "tanteo" la periferia de mi cuerpo y sorpresivamente  me apretó las tetas de manera simultanea.

Foto: MorenArena
No tuve tiempo de reaccionar, la parálisis se apodero de mi en ese instante, estaba en shock por la indignación y resignación. Recordé entonces el termino RESILIENCIA, resiliencia, resiliencia, lo repetí varias veces respirando profundo mientras avanzaba hacia el avión. Recordé las palabras de mi suegra:

"...no permitan que un mal momento les perturbe su viaje..., disfruten mucho"

 No quiero inmiscuir la política en este relato, pero creo que es imposible no hacerlo. Me pregunto si ¿estos "raqueteos" serán aplicados a todos los ciudadanos por igual? ..., es que en días pasados dejaron pasar por el principal aeropuerto de mi país unas cuantas maletas con "sopotocientos" kilos de droga...y los descubrieron en Europa.
En el mismo continente apresaron a un funcionario del estado con unos cuantos miles de euros en su maleta, ¿ acaso ambos burlaron los controles de nuestros aeropuertos y otros organismos de control?.
Solo voy de vacaciones, no voy a raspar el cupo, espero que el regreso sea mas llevadero. Este escrito fue el resultado de esta "experiencia" indignante.

Como leí hace un rato en tuiter: "...de regreso no debe faltar el imán para la nevera, el chocolatico milkyway, para la funcionaria y cámara fotográfica en mano para que des fe de tu viaje"







viernes, 30 de agosto de 2013

Entrevista a Cesar Navas de "Refugio de Buzos" por Andreina Peñaloza


Los invito a ver la entrevista a "La Leyenda" Cesar Navas @refugiodebuzos, realizada por Andreina Peñaloza @andreina_p y su equipo de Meridiano TV.
Ya les he escrito de este personaje del buceo en una entrada anterior sobre mi experiencia al conocer  el naufragio "El Gran Roque".





viernes, 5 de julio de 2013

Mi Primer Naufragio...El Gran Roque


En la Bahía de Guabinas está el remolcador Gran Roque, embarcación hundida por César Navas en el año 2003 a unos 20 metros de profundidad. 

Esta era mi 5ta. inmersión luego de terminar el curso inicial de buceo Open Water Diver, quería conocer la costa del estado Aragua desde el punto de vista submarino y decidí ir a la Bahía de Guabinas a conocer el nombrado naufragio, el "Disney" de los buzos según mi amigo "El Prócer".

Para pasar el mareo y las nauseas provocadas por el vaivén de las olas y mi poca costumbre al mar, fijé la mirada en el horizonte y dejé que la brisa marina me refrescara el rostro; así transcurrió el trayecto en la embarcación hasta llegar a Guabinas, donde casi de inmediato comenzamos a equiparnos para iniciar el día de buceo.

Aún en la superficie, algo nerviosa procuraba no saltarme ningún paso en cuanto a las normas y medidas de seguridad para realizar la inmersión, pero el instructor de turno y el grupo de buzos hicieron de ese momento una tranquila rutina.

Por ser ésta mi 1ra. inmersión "sola" donde eramos el mar y yo, sin la presión nerviosa de mi instructor de buceo Open Water Diver, pude escuchar mejor mi cuerpo, reconocer y disfrutar las sensaciones y emociones que me brinda el mar. Las instrucciones eran navegar con el arrecife a mano derecha y luego de unos minutos encontraríamos el naufragio paralelo al arrecife.

Al comenzar a descender quedé maravillada, reconocí mi pequeñez ante la majestuosidad del mar, me sentí un grano de arena en este universo..., hasta pude sentir los latidos de mi corazón, y aprecié con mayor atención cada criatura marina que ví. 

"El Gran Roque" Foto. Gustavo Quiroga
A lo largo del arrecife iba navegando y observando el paisaje marino, de  pronto diagonal a mi izquierda vi una gran sombra que poco a poco se hacía más y más grande, en un primer momento sentí mucho miedo, luego entendí que esa sombra era el naufrágio a visitar..., el momento fue inolvidable. Ver "El Gran Roque" con todos sus habitantes y su jardín, ver a los buzos felices  recorriéndolo, imaginarme su historia, el momento de su hundimiento, ver los huecos originados por la explosión en su casco , mirar las inmensas  propelas, el hierro cediendo ante la corrosión, la obra del hombre cediendo ante la naturaleza, las cajas de explosivos en el lecho marino, sentir respeto por el mar y sus seres vivos.
Me sentí privilegiada de poder disfrutar de un lugar tan especial como este, de su significado y de inmediato surgió en mi la necesidad de conocer su historia.

Al volver a casa comenzó la investigación. Conseguí en Google el siguiente video, en el cual los amigos de  LatitudScuba (staff y estudiantes) realizan una entrevista a "La Leyenda" César Navas, en la cual narra la historia del famoso remolcador:


Luego de conocer esta historia y saber de primera mano todo el proceso que implica el hundimiento de un barco y enterarme que no sólo está el Gran Roque, si no que antes hundió la moto nave Carmen Fabiana en la misma bahía, concluí que se necesita tener un norte bien claro y tener mucho entusiasmo, coraje y amor al mar, para no sucumbir ante tanta traba legal para crear un arrecife artificial, que ahora disfrutamos todos los buzos y los huéspedes de dichos naufragios.

César Navas, Gustavo Quiroga y Paula Funes.
Foto: Alida de Navas
Quedó en mí desde ese año 2009, la ilusión de conocer algún día a "La Leyenda" César Navas. Ese mismo año Gustavo me tomó una fotografía buceando en el Gran Roque, la cual me obsequió y forma parte de la historia del inicio de nuestra relación.

Hace una par de días Gustavo y yo tuvimos la oportunidad de reunirnos con César Navas y su esposa Alida, en un café en Valencia. Y con todo el gusto del mundo quisimos darle las ¡¡¡GRACIAS!!! en nombre de los buzos obsequiándoles una  fotografía del Gran Roque. 
Pasamos un rato genial y nutritivo, nos narró en vivo parte de la historia del naufragio, nos habló de anécdotas y de historias de la mar. Alida y César nos invitaron a visitar el Refugio de Buzos y disfrutar de La Ciénaga de Aragua y visitar el Carmen Fabiana y el Gran Roque de la mano de su creador. 
Para que conozcan parte de la historia les invito a mirar el video realizado por Carlos Vilkerman, del traslado y hundimiento del GRAN ROQUE en la Bahía de Guabinas:



lunes, 17 de junio de 2013

La carimba mental

Desde tiempos de la conquista, hemos heredado una carimba invisible de sumisión.
Esta marca a veces visible y otras veces invisible tatuada en el alma, ha mermado nuestra autoestima a lo largo de los tiempos..., porque así lo hemos decidido, porque ha sido la decisión más fácil de tomar, porque lo cómodo es dejarse someter, tener quien nos mande y nos diga que hacer. Es más fácil y cómodo que otros tomen decisiones.
No quiero con este comentario pecar de ligera de palabras ante la rudeza, violencia y vejación que vivieron nuestros antepasados..., en su momento esa vivencia no debió ser de fácil lucha.
Sin embargo a lo largo de la historia han habido personas que han superado este estigma y han logrado avanzar y crecer a pesar de las adversidades y vicisitudes que les ha tocado vivir.

No es que sepa mucho de historia, realmente esto se trata de una impresión que tengo luego de leer unos cuantos libros de historia y de análisis psicológicos de nuestros conquistadores y sus mañas..., realmente estoy exponiendo una teoría que vive sólo en mi mente y que ahora plasmo por acá a manera de confesión; quizá viéndola escrita sepa que tan probable pueda ser, o que tan equivocada pueda estar.

El conquistador tiene un afán incansable de de tener más y más y más de lo que sea que deba tener, sean estos "bienes", tierras, oro, mujeres, esclavos, muertos, aventuras, cicatrices, viajes o peligros vividos. Al parecer es una característica psicológica del ser humano desear cada vez metas más altas..., es natural que ambicionemos cada día más. Esta ambición desmedida crece cuando alguien ha pasado penurias y luego alcanza sus primeras beneficiosas metas en un territorio o ambiente cándido. Esto hace que esa "hambre atrasada de metas cumplidas y de dicha" busque saciarse en logros y más logros..., duélale a quien le duela, cueste lo que cueste, es cuestión de supervivencia.
Por otra parte, nosotros los lugareños, jamás hemos tenido que lidiar con vicisitud alguna, hemos tenido la dicha (o desdicha) de vivir en paz con el sol, la lluvia, la luna, las estrellas, la brisa y todos los dioses que nos pudiésemos imaginar en algún momento que lo necesitáramos. Nacimos en una tierra con el mejor clima del mundo, para muchos esto significa calidad de vida, nacimos en una tierra fértil y que nos brinda la cantidad necesaria de alimentos que demandemos..., el cuento aquel de que Venezuela es un paraiso, es totalmente cierto, esta tierra nos brinda todo para vivir.

Volviendo al tema, este beneficio ha causado en nuestra personalidad, la merma de la supervivencia; todo o casi todo nos ha sido realmente fácil por bendición divina, no hemos vivido otra lucha encarnizada más que la guerra de independencia, ni hemos luchado contra temperaturas inclementes que nos obliguen a "crear" soluciones que salven la vida de toda una comunidad o país... Nosotros hemos vivido en la paz y la concordia que nos brinda la brisa fresca, que mece nuestro chinchorro debajo de una mata de mango..., ¡que guerra ni que guerra carajo!. ¿Cuál lucha dices que existe?..., nosotros estábamos aquí, tranquilitos cuando nos "descubrieron".

Foto: MorenArena
Foto: MorenArena
En el transcurrir de los tiempos hemos tenido bendiciones múltiples, como el oro, café, cacao. añil, caucho, hierro, bauxita, petróleo y otros cultivos y bienes que la tierra nos brinda y que en este momento no logro recordar. Estos bienes han significado, cada uno en su tiempo, la estabilidad económica y el crecimiento del país. Aquellos primeros conquistadores dejaron sembradas sus generaciones y emprendieron (bien o mal) sus negocios, empresas, que de una u otra forma no sólo los beneficiaron a ellos sino también a los que alguna vez fueron esclavos, peones, obreros, empleados... Mientras tanto, éstos últimos se han conformado con tener lo básico para subsistir, viviendo dentro de un conformismo inobjetable, sin riesgo, siempre bajo la falda del patrono, empresario o conquistador.
Eso de emprender quizá sea mucho trabajo junto, mucho que pensar y mucho que planear y ejecutar..., es más fácil conformarse antes que el miedo que genera romper el cordón umbilical con el patrono nos carcoma la "estabilidad" lograda con el 15 y el último...,  así nos quejemos de la faena diaria y de lo mal pagados que podamos estar. Definitivamente no estamos conscientes de nuestras capacidades..., esa información al parecer está muy bien escondida en nuestros genes..., ahí, justo detrás de "la carimba".

Recuerdo en este instante el documental de Carlos Oteyza "Tiempos de Dictadura" y las lágrimas que saqué en plena sala de cine al ver como las personas preferimos la fiesta, la parranda, el pan y el circo, a reaccionar ante las realidades políticas que nos afectan directamente..., preferimos callar, esperar al fulano mesías que nos salvará del infortunado momento...y mientras, continuamos calladamente nuestra faena diaria, conforme al significado de "la carimba" que alguna vez le estamparon en la piel a algún antepasado y que heredamos en pensamiento sumiso hasta hoy. 
Claro siempre han existido grupos que han escapado de ese "letargo" que les pueda causar la herencia estigmática, estos grupos han sido llamados los revoltosos, "los revolucionarios" del momento, que se han movido por fervor patriótico algunos y otros por puro y simple interés en los beneficios económicos que la fulana revuelta que representan les pueda brindar.
Todos estos escenarios se han repetido a través de los tiempos como en una espiral, en la cual se viven una y otra vez las mismas situaciones o al menos muy similares..., donde siempre están los mismos actores, el vivo, el corrupto, el héroe, el oportunista, la víctima, el victimario, el ladrón, el trabajador...cada quien cumple su rol y deja que el tiempo se le pase.

Gracias a las penurias de la 2da. Guerra Mundial, nuestro país fue visitado para toda la vida por los exiliados de dicha guerra..., vinieron a llenarse de mar y sol tropical,  de tanto pesar y muerte que andaba rondando en el viejo continente. Ellos ya tenían el conocimiento ancestral de cómo lidiar las temperaturas extremas, de las luchas encarnizadas, de sobrevivir, de guardar alimentos, de no permitirse el hambre  ni el sufrir. Estas personas llegaron aquí más temprano que tarde y con toda la presión que puede significar un cambio, un clima diferente, un lenguaje distinto para muchos, comenzaron a trabajar, dispuestos a sobrevivir en esta tierra de gracia.
Los venezolanos nos hemos venido "cruzando" con otras historias, otras razas, otras culturas, desde que nos "descubrieron", así es como nace el venezolano de hoy día. Llevamos una nueva carimba, esta vez más agradable, se trata de un sincretismo cultural que nos abre los ojos y nos permite mirar un sin fin de posibilidades. Depende de cada quien y de sus ganas por hacer sus sueños realidad el surgir de cada uno y por ende el resurgir de nuestra sociedad, sin complejos de color, raza ni religión, de filosofías de vida, ni  de políticas. Depende de cada quien su evolución espiritual, entender el propósito de cada uno de nosotros en esta tierra. Depende de cada uno de nosotros el ser ciudadano y cumplir cabalmente su significado; no se trata de revoluciones, ni encontrar culpables, no se trata de justificar errores y culpar a otros, se trata de agarrar el toro por los cachos, dejar el miedo y tomar acciones y mejorar nuestras vidas.






viernes, 17 de mayo de 2013

AZUL..., es un color


Por acá les dejo un cuento de niños para adultos, escrito hace casi 24 años; época de "comeflorismo" total y el cuento del existencialismo a flor de piel...
Léanlo y luego cuénteme que les parece: https://docs.google.com/file/d/0B9eOlx53vdCPaDY0RWZvWXRCV2M/edit


 AZUL

viernes, 10 de mayo de 2013

Los Tesoros de Cepe


Una mañana a inicios de enero del 2009, como todas la mañanas, me senté a chequear mi correo electrónico tomando el café de costumbre. Entre un mensaje y otro, hubo uno que llamó mi atención y comencé a leerlo en voz alta para que mi hija lo escuchara.

Carretera Maracay - Choroní  Foto. Morenarena
La sorpresa fue que lo leído era  incongruente con mi hablar, mi hija y yo nos miramos con ojos sorprendidos y de inmediato nos dimos cuenta que algo en mí andaba mal. Acudimos de inmediato al médico para aliviar el malestar, fruto del estrés, disgustos, preocupaciones, cansancio, mala alimentación y algo de vino..., todos posteriores a las fiestas navideñas y de año nuevo.
Después de superar el incidente y sentirme con salud  nuevamente, decidí agradecer a la Virgen del Valle por la oportunidad, así que tracé el plan de hundir una pequeña estatuilla en un lugar muy especial del mar: la Bahía de Cepe, en el estado Aragua.

Ventana de Choroní.
Foto.Morenarena
Ya había estado ahí un par de veces, habíamos buceado en La Piedra de La Ahogada (en ese momento no sabía que ese era su nombre). Se trata de una pequeña gruta a unos 13 metros de profundidad, llena de vida y colorido, con algo de corriente por estar en línea con la desembocadura del río. 



Para llegar a La Bahía de Cepe, debemos salir desde Maracay y tomar la vía hacia El Castaño, justo al pie de la montaña y de inmediato comienza el ascenso atravesando el Parque Nacional Henri Pittier, este parque fue el 1er. parque nacional de Venezuela (1937)  y es el parque con mayor diversidad de aves del mundo. Por ahí inicias el  viaje a Choroní, por una sinuosa carretera en medio de la selva húmeda, hecha por los presos a punta de  pico y pala durante el gobierno de Juan Vicente Gómez (1908-1935). Choroní es un pintoresco poblado de la costa aragueña, sus estrechas calles, pintorescas casas, paradisíacos escenarios naturales y lugareños cordiales hacen este lugar inolvidable.
El pueblo de Choroní fue fundado en 1616, en pleno período colonial, apenas un caserío. Era un pequeño puerto pesquero habitado por mantuanos hacendados que vivían en amplias casonas y que se dedicaban a cultivar cacao y café, desde su pequeño muelle "El Portete" exportaban la preciada mercancía. 
En 1622 fue llamado "San Francisco de Paula" y luego en el año de 1964 fué llamado "Santa Clara del Valle de Choroní".

Al llegar al pueblo te encuentras una plaza con una estatua de La Madre María de San José, Beata religiosa nacida en ese lugar. Es un pueblo con una arquitectura enclavada en el siglo XVIII, sus estrechas calles y coloridas casas hacen este lugar muy especial; para tomar la embarcación y llegar a La Bahía de Cepe debes acercarte a Puerto Colombia, en la desembocadura del río encontrarás peñeros a montón, todos dispuestos a trasladarte de una bahía a otra; es una especie de "línea de transporte por puesto marítima" tomas un peñero hasta la bahía de tu preferencia y te dedicas a disfrutar tu día de playa.

Puerto Colombia . Foto. G.Jaén
Retomando la historia, Gustavo yo nos fuimos un sábado bien temprano desde Valencia hasta Choroní, ya en Puerto Colombia nos montamos en un peñero con todos los corotos para bucear y nos fuimos hasta La Bahía de Cepe a "pagar la promesa".

Es un viaje de unos 40 minutos, siempre y cuando la mar lo permita y el peñero no lleve mucho peso. A veces se dejan ver durante el trayecto algunos delfines traviesos. La cordillera va guiando la ruta, entre picacho y picacho, risco y risco, pueden ver una que otra virgen..., La Virgen del Valle (impelable) y La Virgen del Carmen hacen presencia en la montaña a lo largo de la ruta una y otra vez. Es un paisaje algo salvaje, las montañas hablan de su edad al mirarlas y todos los azules del mar te cuenta su experiencia y antigüedad .., sus miles de historias. 

Así va transcurriendo el viaje; cada vez que subo a uno de esos peñeros siento que viajo en el tiempo, me desprendo de carro, teléfono móvil, maquillaje y ciudad, para entrar en un modo de vida original y básico..., es ahí cuando cobran valor esas simples cosas que tenemos a mano a diario, y de igual forma, vives y valoras esos momentos de contacto con la naturaleza,  contigo mismo y con gente que forma parte de ese "natural" vivir.

El día estaba muy lindo, la Bahía de Cepe imponente y apacible, las olas con carácter como siempre y nosotros justo en la desembocadura del río comenzamos a armar los equipos. Mientras lo hacía, pensaba y agradecía a Dios y al universo por tanta belleza junta, refiriéndome al mar, al cielo, la playa, las palmeras, las aves y toda la gente bella que me he encontrado en la vida (y a la gente no tan bella también, ese grupo ha dejado un  excelente aprendizaje, a pesar de no ser muy placentera la experiencia con ellos). Le dí gracias a Dios y a La Virgen del Valle por mi salud, por la oportunidad de vivir a plenitud, consciente, con los ojos bien abiertos y alerta. 

Virgen del Valle
Foto.Gustavo Quiroga
Gustavo y yo comenzamos a nadar de manera paralela a la montaña, yo continuaba orando y agradeciendo, con la estatuilla de La Virgen en mano, mirando el cielo azul, la playa y la montaña que poco a poco se hacía pequeña hundiéndose en el mar; un poco antes de llegar a la punta decidimos bajar y comenzar la inmersión. 
Navegamos hasta llegar a la punta, disfrutando del colorido del paisaje marino, con un poco de corriente pero de suave vaivén, de repente se acabó la pared del arrecife  y sólo veíamos arena y mar, algo de escombros traídos por el río aún hacían presencia en el lecho marino;  nos alejamos del arrecife navegando 5 o 10 minutos más hasta visualizar a lo lejos dos grandes sombras, que a medida que nos acercábamos se hacían de mayor y mayor tamaño. Nos dirigimos a la gran roca de la derecha, sentimos un poco de corriente, estábamos a penas a 13 metros de profundidad. 
La gruta realmente no es tal, se trata de una gran "zanja" o canal entre dos rocas inmensas, apenas una parte está cubierta; Gustavo entró y me señaló el lugar adecuado para colocar la pequeña estatuilla de la virgen, me acerqué y espanté a unos cuantos candiles que coloreaban el lugar, le dí el visto bueno a Gustavo y comenzó a asegurar la estatuilla en el sitio.
Por ser un canal con salida directa al otro extremo de la gran roca generaba mucha corriente dentro, por ello decidí esperar justo en la entrada de la gruta donde el vaivén de la corriente no era tan fuerte, aproveché para comprobar mi habilidad en flotabilidad y la "soledad" para continuar mi agradecimiento y meditación. Sin embargo mis ojos curiosos de comerciante, habituados a observar y curiosear todo lugar en el cual me encuentre, se fijaron en unas extrañas y familiares formas que estaban en el lecho marino, justo a la entrada de la gruta.


La Gruta. Foto. Gustavo Quiroga
Mi imaginación volátil y creativa de inmediato asoció esas curiosas formas tubulares con unos cañones, me acerqué a ellos, y todo coincidía con lo imaginado, en ese instante llamé mentalmente a Gustavo y éste de inmediatamente volteo a mirarme, créanme, esas cosas pasan, él ya había terminado de asegurar la estatuilla de La Virgen del Valle dentro de la gruta y siempre preparado con cámara fotográfica en mano logró captar con el lente el par de señales que hice con mis manos semejando el disparo de un cañón, se acercó y comprobó lo que le expresaba.
cañones y pala del ancla.
Foto. Gustavo Quiroga

La emoción era indescriptible, no podía creer que eso estuviese ahí y nadie antes lo hubiese visto..., las burbujas en ese instante se multiplicaron por mil, la expresión en nuestros rostros, la respiración..., luego vino la serenidad, mirar el hallazgo desde otros los ángulos, recorrer el entorno del lugar, imaginar la historia, adivinar el tiempo que llevan ahí. Me acerqué a La Virgen del Valle, de nuevo le expresé mi agradecimiento por mi salud y por la sorpresa; decidimos terminar la inmersión.

Queríamos emerger cuanto antes y poder hablar de lo sucedido, aún escuchaba mi corazón emocionado, mis ojos hablaban por si solos, pero la necesidad de expresar mis interrogantes y mi asombro eran indescriptibles.
A continuación les  muestro el video que presentamos ante el IPC (Instituto del Patrimonio Cultural), ahí pueden conocer de manera breve parte del emocionante hallazgo: